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| La Sociedad de Misiones Africanas convoca el
Primer Certamen de Dibujos sobre Cuentos de África
A vosotros, niños y jóvenes, os presentamos tres cuentos africanos del Benín para que los ilustréis con vuestra imaginación y creatividad. Son cuentos muy antiguos que expresan la sabiduría de los hombres de África.
Podéis ilustrar uno o más cuentos de los tres que hemos elegido. Para cada cuento solo podéis utilizar una hoja de papel A4 en la que podéis realizar uno o más diujos, según os sugiera vuestra imaginación. Podéis utilizar cualquier técnica de dibujo: lápices, pinturas, rotuladores, ceras, acuarelas... en blanco y negro o en color. No queremos poner límites a vuestra creatividad.
Cuando hayáis terminado la ilustración, al dorso de la hoja deberéis escribir los datos siguientes:
“Cuentos de África”:
Título del cuento
Nombre y apellidos
Edad
Teléfono de contacto
Dirección
Localidad
Código Postal y Ciudad
País
A continuación podéis leer las Bases de Participación en las que se especifican las categorías, los plazos de presentación, los premios que podéis conseguir y cuando tendrá lugar el acto de entrega de los premios. |
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BASES DE PARTICIPACIÓN |
1. Podrán participar todos los niños que lo deséen, según su edad en alguna de las categorías que se establecen a continuación:
Infantil, de 6 a 11 años.
Juvenil, de 12 a 16 años.
Cada trabajo podrá ser realizado por uno o varios niños.
2. Para cada cuento se utilizará una sola hoja de papel A4, con uno o más dibujos. Al dorso de la hoja deberá figurar el título del cuento, el nombre y edad del autor o autores y la dirección postal.
3. La entrega de los trabajos se realizará de alguna de las formas siguientes:
Entrega en mano en el domicilio de la Sociedad de Misiones Africanas: Asura, 34 - 28043 Madrid.
Por correo postal, en la misma dirección.
Por correo electrónico a la dirección: sma@misionesafricanas.org
En este último caso los dibujos deberán escanearse a una resolución mínima de 200 píxeles por pulgada y en el cuerpo del correo deberán figurar los datos enumerados en el punto 2.
El plazo para recepción de los trabajos finalizará el 26 de marzo de 2014.
4. El jurado estará compuesto por miembros de la Sociedad de Misiones Africanas y en su valoración tendrá en cuenta la originalidad, la imaginación y la creatividad. El fallo del jurado se hará público durante la celebración del acto de entrega de premios, que tendrá lugar el 26 de abril de 2014, en el lugar que más adelante se publicará en esta web.
5. Todos los dibujos formarán parte de una exposición que se abrirá oficialmente en el acto de entrega y que se publicará en la web institucional de la sociedad.
6. Los tres dibujos mejor clasificados en cada categoría recibirán:
Categoría infantil: 1 lote de cuentos y un diploma.
Categoría juvenil: 1 objeto de artesanía africana y un diploma.
Todos los participantes recibirán un diploma acreditativo de su participación en el concurso.
7. SMA se reserva los derechos de utilización de los trabajos recibidos, tanto para este proyecto como para usos posteriores (publicaciones, artículos, páginas web...).
8. La participación supone la aceptación de la totalidad de estas bases. |
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Cuento 1: CASA, MERCADO Y CAMPO
Un padre tenía tres hijos: Casa, Mercado y Campo. De los tres, sólo Casa obedecía a su padre; Mercado y Campo no hacían caso de sus consejos y vivían a su antojo.
Un día, el padre llamó a sus hijos y les advirtió que pronto les daría su bendición antes de morir y manifestó sus últimos deseos. Dio órdenes a Casa y Casa obedeció. Dio órdenes a Mercado y Mercado no hizo caso de lo que decía su padre y de la misma manera se comportó Campo.
Finalmente, el padre llamó a Casa y le dijo:
—Casa, que mi bendición recaiga sobre ti. Tendrás poder sobre tus hermanos Mercado y Campo. Ellos tendrán muchas riquezas, pero te las entregarán a ti.
El padre escupió sobre las palmas de las manos (signo de bendición) de Casa y ésta se las llevó a la cabeza. Luego llamó a Mercado y le dijo:
—Mercado, que mi bendición recaiga sobre ti. Tendrás muchas riquezas desde la mañana hasta la tarde, pero cuando venga la noche se las entregarás a Casa.
El padre escupió sobre las palmas de Mercado y éste se las llevó a la cabeza. Luego llamó a Campo y le dijo:
—Campo, que mi bendición recaiga sobre ti. Tendrás riquezas desde la sementera a la cosecha, pero no las guardarás para ti, se las entregarás a Casa.
Es por lo que el Mercado se anima y tiene muchas riquezas desde la mañana hasta la tarde, pero cuando llega la noche, las vendedoras recogen sus mercancías y se las llevan a Casa; y es por lo que el Campo da sus frutos, pero cuando llega el tiempo de la recolección, las mujeres se llevan todo a Casa.
Casa fue la que sucedió a su padre y se ha convertido en un lugar de descanso, acogida y paz.
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Cuento 2: LOS HOMBRES SE PONEN DE PIE
Hace muchísimos años, los hombres vivían agachados, a cuatro patas, como los animales porque Dios llegaba muy cerca de la tierra y llenaba el universo entero. El hombre vivía feliz porque se alimentaba de Dios. Cuando tenía hambre, levantaba el brazo, agarraba un trozo de la nalga de Dios y se lo comía.
Un día, una mujer salió de su casa y se encontró unas semillas, las recogió, las metió en su mortero y se puso a majarlas con tan mala suerte que le dio un golpe a Dios con su pilón.
—¡Ay! ¡Perdona, Señor, ha sido sin querer!.
—No te preocupes, mujer. No ha sido nada, respondió Dios.
La mujer, más tranquila, se atrevió a pedir a Dios:
—Señor, si te alejases un poco, no volvería a molestarte.
Dios se alejó un poco como se lo pedía la mujer. Esta siguió en su ocupación y cuando más entusiasmada estaba, ¡zas!, volvió a dar otro golpe a Dios.
—¡Ay! ¡Perdona, Señor, estaba distraída y se me ha escapado el pilón!
—Mujer, no es nada; no te preocupes, respondió el creador.
—Señor, si te alejases otro poco más, entonces sí que ya no volvería a molestarte.
Dios se alejó otro poco más y la mujer terminó de majar sus semillas que se habían convertido en harina. La probó y la encontró tan deliciosa que se fue en busca de otras semillas con las que pudo llenar su mortero. Se puso a majarlas con entusiasmo entre cantos y palmas, arrojó el pilón al aire para marcar el ritmo y volvió a golpear a Dios. La mujer se llevó tal susto que no sabía cómo reaccionar y balbuceando pudo decir a Dios:
—Perdona, Señor, no sé lo que me pasa. Ha sido sin querer. Perdóname, no quería hacerte daño.
Dios no se enfadó. Su única preocupación era la mujer, que parecía aterrada; pero cuando ésta recobró los ánimos se atrevió a decirle a Dios:
—Señor, si te alejases otro poco más ya no te volvería a molestar.
Y Dios se alejó y se fue lejos, no se sabe dónde, para no molestar a la mujer que maje sus semillas. Desde entonces, la creación pudo desarrollarse libremente: se formaron las montañas, crecieron los árboles y los hombres se pusieron de pie, bien erguidos, pero Dios ya no estaba para proporcionarles su sustento y los hombres tuvieron que sembrar las semillas y aprender a vivir de su trabajo”. |
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Cuento 3: EL GALLO, SALVADOR DEL UNIVERSO
—¿Sabes por qué el Gallo es el primero en cantar por la mañana las alabanzas a Dios?
Cuando Dios terminó la creación, la tierra se rebeló y dijo que era más fuerte que él, más poderosa y que lo podía demostrar. Dios le respondió:
—Tierra, dices tonterías. Yo soy tu creador. Todo lo que tienes te lo he dado yo, lo he puesto ahí porque así lo he creído oportuno. La tierra le contestó:
—Ya lo sé. Eres tú el creador de todo, pero yo soy más fuerte que tú.
—Bueno, entonces, muéstrame tus poderes y si es verdad te confiaré todos los seres que están sobre ti para que los guardes y cuides de ellos.
Dios actuó con rapidez y escondió la lluvia para que no volviese a caer sobre la tierra. Al poco tiempo las hierbas, los árboles, los hombres y animales empezaron a sufrir por falta de agua. El sufrimiento de la sed era terrible, pero nadie se dirigía a la tierra pidiendo ayuda, era incapaz de darla. Los hombres suplicaban a Dios diciendo:
—Tú eres el que nos has creado ¿nos quieres matar ahora?.
Un día se reunieron todos los seres del universo y decidieron enviar un mensajero para implorar la clemencia de Dios, entonces Dios vivía más cerca. El mensajero debía tener alas para poder volar hasta él. A todos los voluntarios que se presentaban se les hacía la misma pregunta:
—Cuando te encuentres ante Dios ¿qué le vas a decir? ¿cómo te vas a comportar?
Nadie sabía qué decir ni se consideraba con suficiente aplomo para presentarse ante el dueño de la vida sin ponerse nervioso. Entonces se levantó el Gallo y dijo:
—Yo soy Ali Kokoronko, la mejor comida y refrigerio del huésped. Yo iré a ver a Dios a implorar su clemencia, pero tengo que llevarle un presente.
Entre los allí reunidos había un peul, pastor de las sabanas africanas, que eligió a su mejor toro para ofrecerlo a Dios. El Gallo cogió al toro y se dirigió a la casa de su creador y cuando se acercaba a su residencia se puso a cantar:
Señor, tú que estás allá arriba, perdona a la tierra.
El rey de la tierra me envía a ofrecer un toro al rey del cielo.
Si la boca ha ofendido, las rodillas te pueden alabar.
Tú eres el padre de la tierra y no la puedes abandonar.
Dios escuchaba el canto del Gallo desde su morada y le era muy grato a sus oídos y cuando el Gallo se presentó ante su señor, se postró con su ofrenda y dijo:
—Señor, perdona. La tierra es demasiado orgullosa. Tú eres el creador de todos nosotros y nos has confiado a ella que es la que nos cuida, por eso se cree tan poderosa. Pero nosotros no somos nada y ella está acostumbrada a hablar con la nada. Ten piedad, tú eres nuestro señor. Dios le contestó:
—Has hablado muy bien, Gallo, y te bendigo: tu carne, tus huevos y tus plumas serán los mejores y tendrás un lugar privilegiado entre los animales.
El Gallo regresó victorioso a la tierra cantando las alabanzas de su señor: “Señor, tú que estas allá arriba, perdona a la tierra…” y antes de llegar ante los suyos las nubes empezaron a formarse y a caer sobre la tierra una copiosa lluvia.
Es por eso por lo que el Gallo se levanta todas las mañanas en cuanto apunta el nuevo día a cantar las alabanzas de su señor y hoy se le considera como la bendición de la casa. |
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